es como tenerte
inmóvil
y sonriente
contra mi pared.
Tenerte congelado
sin morirnos de frío
y mirarte siempre
sin que te moleste.
Aunque ya
no recuerde tus manos
ásperas
que tanto me gustan sostener
O tu piel
suave
llena de lunares
capaz de relatar
nuestras mil lunas
que pasábamos cada lunes.
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