lunes, 29 de junio de 2015

Pienso, que no existo.

A pesar de lo desgarradoras que eran sus palabras, ella se mantenía firme, y le miraba sin mostrar ni un apéndice de tristeza. Por dentro gritaba, su corazón se encogía de rabia, su diafragma se llenaba de lágrimas,y sus latidos iban a la velocidad de su resquebrajada respiración. No había nada mas que decir, él ya lo había dicho todo, la había demolido, no se podía sentir más frustrada. Simplemente quería desaparecer sin despedirse y poder ver las caras que pondrían todos . No valía nada pensaba, y se lo repetía una y mil veces, tanto le daba vueltas que se lo llegó a creer.