martes, 7 de octubre de 2014

Así

Me sentía tan insegura en ese momento que era capaz de aferrarme a cualquier clavo ardiendo, de todas formas, sabía que no iba a acertar.
Un ochenta y cinco por ciento de ebriedad corría ya por mis venas, denotando ya mi burda desesperación por que alguien me hiciera caso, se me acercaron mil tíos de gimnasio, con las cejas depiladas y con camisetas con más escote que el mío pero no, ¡JODER! yo le quería a él, le quería, no se en que sentido, pero lo hacia, de todas formas sólo los borrachos dicen la verdad.